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AMLO acabó con el huachicol… en sus conferencias
Noticia publicada a
las 12:58 am 17/07/25
Por: Alfredo González.
Claudia Sheinbaum ha logrado decomisos récord de huachicol en sus primeros meses de gobierno, mientras que, en el sexenio de López Obrador, pese al discurso de combate frontal, las cifras mostraron que el fenómeno nunca desapareció
Durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, el huachicol pasó de ser un delito escandaloso a una especie de tabú oficial.
En los primeros meses de su gobierno, el tabasqueño anunció una “guerra frontal” contra el robo de combustible.
Cerró ductos, causó desabasto, prometió limpiar Pemex y militarizó la distribución. Hubo discursos y promesas… pero también hubo muertos, fugas y una ausencia total de responsables.
El caso más simbólico fue la tragedia de Tlahuelilpan, en enero de 2019, donde 137 personas murieron tras la explosión de una toma clandestina. Más allá del drama humano, AMLO no ofreció explicaciones ni culpables de alto nivel.
El robo de gasolina, estimado en miles de millones de pesos anuales, se fue diluyendo del radar mediático. No porque se hubiera resuelto, sino porque dejó de ser útil políticamente.
Incluso se toleró –en silencio– la presencia de intermediarios históricos del negocio energético. Empresas como Ingemar, propiedad del panista Ernesto Ruffo Appel, operaron en los márgenes del sistema.
Con contratos opacos y negocios fronterizos, estas compañías sobrevivieron sin ser tocadas, pese a las denuncias públicas sobre su posible relación con la ordeña de combustibles en Baja California y otras regiones.
En contraste, Sheinbaum decidió tomar otra ruta. Desde que asumió la Presidencia, priorizó el combate al huachicol no sólo como un delito económico, sino como un mensaje político.
Su administración reporta 70 millones de litros de combustible asegurado en operativos recientes, una cifra que supera con creces el saldo del sexenio anterior en sus últimos tres años.
Pero la diferencia no es sólo cuantitativa. La estrategia de la Presidenta no gira en torno a espectáculos ni conferencias mañaneras, sino a un rediseño operativo y legal: articulación entre la Secretaría de Seguridad, Defensa, Marina, SAT, Pemex y la FGR, mayor fiscalización a gasolineras, y sanciones más estrictas contra funcionarios coludidos.
En vez de cerrar ductos, ha decidido cerrar filas. En lugar de culpar a los de antes, prefiere actuar contra los de ahora.
Aun así, el camino no está libre. La estructura criminal detrás del huachicol sigue viva, y los intereses económicos que lo sostienen se mueven con habilidad dentro y fuera del Estado.
Pero a diferencia de AMLO, Sheinbaum parece no querer hacerle favores a la simulación, ni proteger a empresas ni operadores políticos ligados al pasado reciente.
El huachicol no fue derrotado con AMLO. Fue maquillado. Fue negado. Hoy, la Presidenta intenta apagar ese incendio con menos discurso y más gasolina legal. El tiempo dirá si esa estrategia fue suficiente. Pero al menos, ahora, hay voluntad visible… y menos silencio cómplice.
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MÁS ALLÁ DE LAS DECLARACIONES públicas que se hacen desde Palacio Nacional, en el gobierno federal les tiene sin cuidado que Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, se haya convertido en “testigo protegido” o “colaborador” de los Estados Unidos.
Si da nombres de políticos o empresarios ligados con el crimen organizado, que los dé; si alguien tiene que pagar por su relación con los barones del narcotráfico, que pague. Llámese como se llame, Alfonso Romo o Panchito, que responda ante la ley.
Todo esto se le escuchó a un alto funcionario del Gobierno Federal que tiene una estrecha cercanía con la presidenta Claudia Sheinbaum. Pero no dejarán de responder a las “majaderías” del abogado de Ovidio.
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Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “Con AMLO, el huachicol fue como el compadre incómodo: todos sabían que estaba ahí, pero nadie quería hablar de él”.
POR ALFREDO GONZÁLEZ CASTRO
ALFREDO.GONZALEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM
@ALFREDOLEZ