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Censura y espionaje
Noticia publicada a
las 02:52 am 08/07/25
Por: Manuel López San Martín.
Los hechos no admiten demasiada interpretación. Son tercos, como la realidad. Y la realidad está por imponer a los mexicanos un marco jurídico que los vulnera en sus derechos y libertades.
Quien tenga ojos, que vea. Las evidencias se acumulan, y las dudas se despejan. La 4T conduce a México a un terreno donde los derechos y libertades se restringen,
el aparato del poder se robustece y el Estado lo quiere controlar todo. Tras cada acción, hay una intención. No es casualidad que durante el pasado periodo extraordinario en el Congreso se pisara el acelerador y se legislara -es un decir- para vigilar a ciudadanos al grado de perseguirlos y silenciarlos, si su voz incómoda.
Los hechos no admiten demasiada interpretación. Son tercos, como la realidad. Y la realidad está por imponer a los mexicanos un marco jurídico que los vulnera en sus derechos y libertades. Probablemente la mayoría de los diputados y senadores de Morena, PT, Verde y MC que avalaron los ataques a las libertades, ni siquiera leyeron lo votado, pero es grave, por decir lo menos.
De un plumazo, extinguieron el derecho a la privacidad, por ejemplo. Le dieron una serie de garrotes al Estado para convertirse en uno policial con facultades muy poderosas para invadir la esfera personal de millones de personas. No solo es el deseo cumplido del apetito de controlarlo todo, sino de controlar a todos.
Uno a uno, han ido cayendo los derechos y contrapesos. Desde el oficialismo, borraron los órganos autónomos, se apropiaron de la CNDH, tripularon el Poder Judicial, terminaron con la separación de poderes, eliminaron la posibilidad de impugnar leyes (con la Ley de supremacía constitucional), amagan con terminar de cooptar al árbitro electoral, y ahora legalizan la censura y normalizan el espionaje.
La Ley censura y Ley espía dejan expuestos a los ciudadanos. Los vulneran. Aseguran en Palacio Nacional que ni censura ni espionaje, pero los hechos dicen otra cosa.
Hay peligros reales para todos los ciudadanos.
No son inventos de la oposición, los medios ni los “conservadores”. Es lo que se aprobó en el Congreso para darle al Estado un poder casi total y absoluto.
Por ejemplo, ahora se podrá usar la geolocalización de teléfonos en tiempo real sin orden judicial.
También se podrán suspender transmisiones en medios electrónicos a criterio, discrecional, claro, de la autoridad; bajarle el switch a un canal de televisión o estación de radio si dicen algo que incomoda o no gusta.
Se ??obligará a entregar la CURP biométrica para obtener una línea de teléfono. Y para contratar servicios como Amazon, Rappi, Uber Eats, hoteles y un largo etcétera, también habrá que entregarla. Sabrán todo de una persona, desde qué comió hasta qué compró.
??En trámites y servicios (licencia, contrato de luz, de agua, de gas) también se debe incorporar la CURP biométrica,
La ??SHCP puede obtener base de datos, incluyendo la del INE (foto, firma, dirección y hasta huellas dactilares). La Guardia Nacional puede tener acceso a la geolocalización sin orden judicial.
??Se da acceso al Gobierno a registros de placas, registro público, catastro, registros fiscales, servicios financieros, cuentas bancarias o historial médico. Ya ni eso será privado. El gobierno sabrá hasta del historial médico y clínico de una persona.
Es todo el control al aparato oficial que podrá espiar y censurar. Son una serie de mecanismos que pretenden dominar a los ciudadanos. Un escándalo. Un peligro que, parece, muchos aún no dimensionan.
M.LOPEZSANMARTIN@GMAIL.COM
@MLOPEZSANMARTIN