Noticia publicada a las 01:42 am 20/06/25

Por: Rogelio Martínez Huerta.

La ciudad de Tehuacán luce en desorden, mal gobernada, insegura, sin futuro y por si faltara, no tiene los empleos que requiere la gente en edad de producir. La causa es la siguiente: Morena no tiene interés por darle a México, solución a sus problemas. Por ende, menos le interesa Tehuacán o Puebla y su gigantismo poblacional.

Empero, Tehuacán, sí necesita cambios en su administración, porque los funcionarios se dedican a la holganza y a las transas.
La presidenta Sheinbaum cogobierna con la sombra negra de AMLO que, oculto en la penumbra del poder extremo, observa en silencio cómo se va cayendo un gobierno que, de legítimo, pasó a espurio, porque no funciona como lo necesita el pueblo de México y para desgracia llegó al poder mediante un gigantesco fraude electoral.
El segundo municipio que alguna vez fue fortalecido y gobernado por gente con principios, ha caído en la mediocridad; el presidente impuesto por un tal Ignacio Mier, carece de cultura política, para colmo, es incapaz de administrar, porque no tiene conocimiento de administración pública y eso ha precipitado a la ciudad y su administración en la basura. Pero no solo la que brota del desorden público, sino en la basura moral. Porque Morena no es partido, sino una entelequia dirigida por un irresponsable que a toda costa desea imponer una dictadura nacional, que suceda a la “dicta blanda” del priato tardío que perdió el control, porque el interés extranjero en los energéticos, obligaron a cambios que se dieron en el zedillato que impuso desde atrás a un Tal Vicente Fox, con profundas lesiones mentales y con ello, prodigó el poder en su mujer que a su vez se vio apoyada por Elba Esther Gordillo Morales, quien sugirió, instruyó y saqueó el erario federal en conjunción con las cuotas sindicales del SNTE.
El fraude del 2006, lesionó la mente de AMLO, fue tal la frustración que, a partir de ese momento, se propuso no perder, aunque para ello hiciera arreglos con la oscuridad. Con eso y mediante tratos sombríos, recibió apoyos múltiples que lo entronizaron en el poder supremo en 2018, con lo que intentó construir obras públicas que dejarían su nombre en la historia para gloria y esplendor de su egolatría.
Lo grave estuvo en que no hubo dinero para tales intenciones, por lo que endeudó al país, no concluyó la obras, se enriquecieron sus socios, los secretarios se volvieron cómplices y los cómplices se volvieron socios. Dejando al final la intención que sacara al país de la miseria y del atraso, por lo que con “apoyos”, mentiras y promesas, dejó a México peor a como estaba.
Para cerrar el ocaso de su mal gobierno, inventó la democracia de género y designo desde tres años antes a la sucesora. Ella se encargaría de tapar los agujeros de la gigantesca deuda externa, dejaría los apoyos que, al paso de la estanflación, se redujeron y ahora no hay, ni salud por insuficiencia médica, ni progreso por falta empleos, ni educación por carencia de maestros en las Zonas rural, urbana y semiurbana y menos desarrollo, porque el interés de gobernar se cambió por el descontrol de una terrible corrupción, que cambió la moral de gobierno, por lealtades delincuenciales. Que hicieron de los gobernadores AMLISTAS, simples saqueadores de los recursos estatales y federales.
¿Cuál es el futuro de México? Simplemente veremos pasar a la conquista, la guerra, el hambre y la muerte… Cuatro jinetes de un apocalipsis postrero en su sistema político, avasallado por la ambición, la codicia, la corrupción y la traición a un pueblo. Es cuanto…

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