Claudia Guerrero Martínez
"ENTRE LO
UTÓPICO Y LO VERDADERO"
Gilberto Nieto Aguilar
"LIBERTAD
Y EDUCACIÓN"
Martín Quitano Martínez
"ENTRE
COLUMNAS"
Evaristo Morales Huertas
"VERACRUZ
EN LA MIRA"
Luis Hernández Montalvo
"MAESTRO
Y ARTICULISTA"
César Musalem Jop
"DESDE
LAS GALIAS"
Ángeles Trigos
"AIDÓS
Q DíKE"
La mujer es lo más bello de la vida, cuidemos de ellas...
Si los homicidios disminuyen: ¿para qué manipular datos?
Noticia publicada a
las 03:33 am 16/03/25
Por: Facundo Rosas Rosas.
Calcular el promedio diario de víctimas correspondiente a un año es una cuestión de ética…
Si entre 2018 y lo que va de 2025 los homicidios dolosos van a la baja no habría necesidad de manipular los datos y provocar que el descenso se vea más espectacular, como se quiso mostrar el martes 11 de marzo desde Palacio Nacional, basta con que las cifras sean claras y el análisis objetivo.
No le veo mayor utilidad mezclar las fuentes de información que presentan menos sesgo (INEGI y Sistema Nacional de Seguridad Pública) para sustentar que el homicidio doloso ha disminuido un 24.6% entre 2018 y 2025 y no un 18.5% si se hace por separado.
Vayamos al grano. Las cifras anualizadas del INEGI que fueron utilizadas son oficiales, completas y definitivas, pero solo abarcan hasta 2023, mientras que las del SNSP solo son oficiales y definitivas ya que falta incorporar a ellas los feminicidios y algunos casos más que las Fiscalías Generales de Justicia y procuradurías de los estados enviaron a otros “cajones” del catálogo de delitos cuyo bien tutelado es la vida y la integridad, incluidas las muertes accidentales y las de intención no determinada.
En razón de lo anterior las cifras del SNSP siempre terminan siendo inferiores entre 6.5% y 8.5% respecto de las definitivas del INEGI, por lo que al final las 82.1 víctimas diarias de homicidio doloso de 2024 con datos del SNSP terminarán ajustándose a 88.25 con cifras del INEGI, mientras que las 75.8 víctimas diarias del SNSP de lo que va de 2025 terminarán siendo 81.48 con datos del INEGI, con lo cual el descenso registrado entre 2018 y 2025 sería del 18.5% y no 24.6% como se informó el martes por parte de la secretaria Ejecutiva del SNSP.
Desde esta perspectiva, calcular el promedio diario de víctimas correspondiente a un año de cualquier sexenio con cifras de diferentes fuentes, más que una cuestión matemática es una cuestión de ética. No por decir que los homicidios dolosos bajaron 24.6% en lugar de 18.5% vaya a diluirse el esfuerzo realizado, en todo caso el reto es no solo mantener esos promedios sin llevarlos hasta por debajo de los de su antecesor inmediato cuya mejor cifra fue justamente 2023 con 88.4 diarios, porque colocarlos por debajo del mejor año del expresidente Peña Nieto sería romper la barrera de los 54.8 diarios correspondiente a 2014. Pero si quisieran irse hasta la mejor cifra anual del expresidente Felipe Calderón tendrían que disminuir el promedio diario hasta por debajo de los 24.6 con que cerró el 2007 equivalentes a 8 mil 867 homicidios, lo cual a estas alturas es prácticamente imposible ya que desde antes de cumplirse los primeros 4 meses de la gestión de la actual presidenta rebasó dicha cifra.
En todo caso el análisis en cuestión debió haberse realizado entre 2018 y 2023 con cifras del INEGI y de ahí sacar sus consideraciones o conclusiones, y por separado debieron hacer el correspondiente al periodo 2018-febrero de 2025 con cifras del SNSP.
Haberlo hecho utilizando indistintamente dos fuentes de información solo se presta a una serie de suspicacias, mismas que prevalecen debido a que el análisis se sigue realizando como si se tratara de la misma administración, cuando que a partir de octubre de 2024 ya corresponde a otro titular del Ejecutivo federal, pero las cifras siguen comparándose con el sexenio del expresidente Peña Nieto y cuando se trata de buscar culpables se van hasta las del del expresidente Felipe Calderón pero está visto que son circunstancias distintas que un jefe de Estado debe ponderar antes de asumir la alta y delicada responsabilidad de conducir los destinos de un país.
No obstante, lo anterior, habrá que reconocer que hay un apartado en el que se analiza la evolución del homicidio doloso de manera mensual aunque solo es descriptiva y no hace comparación alguna con periodos similares del sexenio del expresidente López Obrador, obviamente para no decir que fue más violento y en consecuencia registró más homicidios, resultado de su estrategia fallida por atender únicamente las causas y etiquetarla bajo el eslogan de “abrazos, no balazos”.
Dicho análisis solo señala que entre septiembre de 2024 y febrero de 2025 se registró un descenso del 15%, al pasar de 86.8 homicidios dolosos diarios a 74.68 respectivamente.
Sobre el particular no se entiende porque el gobierno federal insiste en informar en términos de promedio diario de víctimas de homicidio en lugar de cifras absolutas (que hoy en día son superiores a las 2 mil víctimas mensuales) como se hacía antes o en tasa por cada 100 mil habitantes, ya que no por evitar las cifras totales que ya ascienden a 11 mil 786 en lo que va de la actual gestión, las cosas van a mejorar en automático o van a impactar menos en términos de percepción de inseguridad.
Tarde o temprano el análisis comparativo en materia de incidencia de homicidio doloso tendrá que realizarse respecto a la administración anterior tanto en cifras totales como en tasa, además del promedio diario, solo entonces se verá la efectividad de un presidente de la República respecto del otro y eso podría suceder tan pronto como se cumpla el primer semestre, pero con mayor razón al cumplirse el primer año de la presente administración, por ahora es muy temprano.
Por lo que respecta a los homicidios dolosos en Puebla, el tema es más complejo ya que son cuatro diferentes fuentes de información las que hay que revisar para elaborar un análisis comparativo, siendo estas las siguientes:
Gabinete de seguridad del gobierno federal, que está disponible al día siguiente pero es la menos consistente. Para pronta referencia en enero de 2025 registró 39 víctimas de homicidio doloso, equivalente a 1.25 diarias.
Fiscalía General del Estado, que está disponible a principios de la segunda semana de cada mes y es más completa que la del Gabinete de seguridad pero es incompleta respecto del SNSP. Como referencia en enero de 2025 contabilizó 66 víctimas, equivalentes a 2.13 diarias, es decir 69.2% más que las reportadas por el Gabinete de seguridad federal.
Sistema Nacional de Seguridad Pública, que está disponible a partir del día 20 del siguiente mes, excepto para la secretaría ejecutiva del SNSP que puede disponer del mismo desde la primera semana del siguiente mes. Para pronta referencia en enero de 2025 registró 74 víctimas, equivalente a 2.38 diarias, es decir 90% más que el Gabinete de seguridad y 12% más que la Fiscalía del Estado.
INEGI, que estará disponible hasta la última semana de octubre o primera de noviembre del año siguiente. Históricamente sus cifras son entre 6.5% y 8.5% mayores a las del SNSP en virtud de que ya incluyen los feminicidios. Cuando esta numeralia esté disponible (2026), el número de víctimas para el mes de enero de 2025 habrá alcanzado las 80 víctimas, equivalente a 2.58 diarias.
No se entiende por qué tanta discrepancia entre las diversas fuentes de información para el delito de homicidio doloso ya que la diferencia entre las reportadas por el Gabinete de seguridad del gobierno federal en enero de 2025 fue de 39 (1.25 víctimas diarias) y las definitivas del INEGI que serán publicadas a más tardar a finales de 2026, estimadas en 80 (2.58 diarias), la diferencia será de más del 100%.
Una pregunta final sería: ¿Beneficia a alguien esconder las cifras reales sobre homicidio doloso o es simplemente un sesgo en la metodología utilizada a la hora de contar las víctimas? Por lo pronto habrá que pensar que la razón gira en torno la segunda hipótesis.