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Con frialdad, sin empatia
Noticia publicada a
las 12:54 am 10/04/24
Por: Martín Quitano Martínez.
Existen dos maneras de ser engañados.
Una es creer lo que no es verdad, la otra es negarse a aceptar lo que sí es verdad.
Soren Kierkegaard
“Con todo respeto” usted es un conservador, neoliberal, traidor a la patria. Al contradecirme, al pensar distinto de lo que yo hago o digo, merece ser considerado antipatriota o enemigo del pueblo,
porque la verdad la tengo yo y no permito que nadie me cuestione; porque yo no me equivoco y no hay otra verdad ni otra realidad que la que yo digo que existe. Al no asumirse creyente fiel, u obediente sin preguntas, “con todo respeto”, le será impuesto el estigma de la disidencia, el señalamiento presidencial, el rechazo del paraíso de la única verdad.
La retórica construida contra el disenso, contra el pensar distinto, es escalofriantemente reduccionista y ofensiva. Acomoda al planteamiento del conmigo o contra mí, porque establece la ruptura del pensamiento crítico y genera la base de una polarización extrema. En esta realidad alterna no hay matices, tampoco existen otras opciones ni rutas alternativas. Solo existe una verdad que se encuentra en un lado; el de la ruta de seguir “haciendo historia”.
Estamos enfilados al dos de junio y nada puede entorpecer la gran marcha, la revolución cultural, perdón, de las conciencias que impone el supremo e incuestionable líder. Y si estorban los principios como no mentir, no robar no traicionar, pues se pasan por alto y se continúa, para reforzar la fraseología que refiere o busca profundizar su relevancia histórica como el único camino al paraíso. Dar luz sobre su gran aportación humanística, porque sin ellos “los tigres se sueltan” o solo queda el precipicio, el vacío.
Las razones de la discusión democrática se basan en la capacidad de reconocer y dar cauce a las distintas expresiones que contiene una sociedad, estableciendo los mecanismos institucionales, legales y de apertura para garantizar las expresión de las ideas y los distintos argumentos, garantizando también la incorporación de cualquier proyecto de la voluntad ciudadana. La construcción democrática por ende refiere apegos legales, reconocimiento de las reglas y tolerancia.
En los casi 6 años de este gobierno, quienes arribaron han ido socavando las construcciones democráticas y poniendo en duda la civilidad y tolerancia democrática que habíamos alcanzado como sociedad y que fue ese marco democrático el que permitió y reconoció su triunfo como alternativa de gobierno. Todo eso por lo que lucharon como oposición y que les abrió las puertas, ahora les estorba, ya no sirve, les parece sospechoso u obsoleto.
Su actual versión de la realidad es que solo “el pueblo” que los apoya merece reconocimiento, por ello se gobierna con una prédica facciosa que se apropia de la idea del pueblo, de un pueblo que es el que está con ellos. El resto del conjunto social que no les “aprecia” es el antipueblo, es decir, la imposición desde palacio nacional de solo dos alternativas que permean las campañas oficialistas. El debate está en la disyuntiva de continuidad o fraude, o ganamos o nos hicieron trampa.
Porque en su mundo no existe la posibilidad de que “el pueblo” no los apoye. No es posible y según ellos no es legal, que exista una sociedad crítica que decida no respaldar su proyecto de nación. Desde su visión fundamentalista, es impensable otro horizonte distinto al triunfo. Los intereses que han forjado -más allá de los del pueblo que dicen representar-, les enceguecen y apremian a realizar lo que sea, negando como normal la incertidumbre democrática de triunfos o derrotas, lo que preocupa por su irracionalidad y el sello antidemocrático que muestran de cara a una elección competida, por más que insistan en que “este arroz ya se coció”.
El debate presidencial confirma, en voz de la candidata oficial, la reproducción del discurso que ignora, que desconoce la necesidad de mensajes de concordia, de tolerancia, de valores democráticos que solo son y serán los que ellos pregonen. La frialdad y la falta de empatía son elementos que se le trasladan de forma precisa desde la silla presidencial, apegándose al script de negar toda discusión seria sobre la realidad de nuestro país para que triunfe la continuidad.
DE LA BITÁCORA DE LA TÍA QUETA
Una marcha “espontanea” de mujeres en sororidad con la candidata oficial para Veracruz. ¿ De verdad?