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La “austeridad” republicana y el Presupuesto federal 2020
Noticia publicada a
las 12:54 am 21/10/19
Por: Silvia Guadalupe Garza Galván.
El economista Rob Parenteau acuñó la frase de la economía austeriana para referirse a los gobiernos obsesionados con la austeridad fiscal, particularmente en épocas de recesión. El mismo tema lo retomó el premio Nobel Paul Krugman quien en un magnífico artículo en The Guardian explicó: “toda la investigación económica que supuestamente apoyó el impulso de austeridad, ha sido desacreditada.
Los resultados estadísticos ampliamente promocionados se basaron en suposiciones y procedimientos muy dudosos, además de algunos errores directos, y se evaporaron bajo un escrutinio más detallado. La ideología austeriana que dominó el discurso de la élite se ha derrumbado”. ¡Y eso fue escrito hace 8 años!
El engaño ha sido notable en el tema del Presupuesto de Egresos 2020, el primero 100% de hechura morenista: recortes sin el menor asomo de planeación, como lo estipula la Ley correspondiente, pues los presupuestos no se han diseñado para combatir la ineficiencia o el derroche ni para crear riqueza, sino más bien como instrumentos políticos que faciliten y garanticen un control administrativo, eliminen enemigos políticos y creen un sistema de Administración Pública central y vertical, dependiente nuevamente de la figura del Ejecutivo.
La composición del gasto público no obedece netamente a un proyecto de nación. Por eso resulta casi nula la discusión de temas que, en la mesa de políticos profesionales son obvios para garantizar el desarrollo sostenible: medio ambiente, ciencia, tecnología, educación, democratización y federalización del gasto, infraestructura, economía circular, etcétera.
El proyecto político del actual Gobierno está por encima del interés nacional y está causando una erosión institucional que puede tomar décadas restaurar. Hay dos de gran calado: la destrucción de la educación, que deja a los jóvenes y niños de escuelas públicas, marginados de cualquier posibilidad de competencia frente a sus contrapartes privadas; y la relación del sector público con el sector privado nacional y extranjero, que ve en el proyecto de la cuarta transformación un modelo de ejercicio limitado de las libertades de mercado, acción y protección institucional, generando así, incertidumbre por parte de la Iniciativa Privada ante el futuro de la economía.
En la discusión del Presupuesto de Egresos no se planteó una pregunta que parece obvia: ¿bajo qué criterio se emprendió una política de reducción del gasto sin la presencia de un shock económico interno o global? Una cosa es eliminar el despilfarro, el saqueo y la indebida asignación de recursos federales y otra es achicar al Gobierno.
El presupuesto 2020 garantiza, sin duda, que México siga anclado en la miseria de aquellos que ingenuamente creen que vamos a cambiar al país para bien.
Además, las fallas que el Gobierno de la cuarta transformación presenta han sido recurrentes; recordemos esta semana trágica que vivimos en México, los hechos lamentables de Culiacán, Sinaloa, que exponen de manera grave la vulnerabilidad que tiene el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas al no contar con una estrategia dura, firme y centrada para combatir al crimen –noticia que sobra decir se encuentra dando vuelta al mundo entero en las primeras planas de los diarios– como siempre, mis respetos a la tropa y a quienes dedican su vida por la patria en el campo, con esta ligereza de estrategia que plantea el Gobierno federal, resulta más grave traer una factura falsa que algún otro delito de alto impacto.