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Primer informe de gobierno mucho discurso, pocas nueces
Noticia publicada a
las 01:31 am 22/12/25
Por: Cirilo Ramos.
Fue un discurso muy rimbombante, pero muy alejado del desarrollo regional, del impulso integral a las cadenas de valor y de las condiciones del mercado.
El primer informe del tercer gobernador de Puebla emanado de la 4T —Alejandro Armenta Mier—, está lleno de buenos deseos, pero escasos logros económicos reales para la entidad.
De entrada, el eje dos del documento entregado al Congreso del Estado —Prosperidad y estabilidad económica— reza: “El impulso de políticas de desarrollo económico para todas las regiones y en todos los sectores productivos, genera la progresiva revitalización de las cadenas de valor, la calidad de los productos y servicios, así como la mejora continua en la producción y la oferta efectiva en los mercados nacionales e internacionales”.
Un discurso muy rimbombante, pero muy alejado del desarrollo regional, del impulso integral a las cadenas de valor y de las condiciones del mercado nacional e internacional. En estos momentos, la economía poblana está dominada por la incertidumbre, tiene desafíos estructurales como la pobreza y la informalidad, y riesgos externos como la volatilidad global y la competencia, que demandan estrategias para fortalecer su desarrollo y estabilidad.
Los buenos deseos y proyecciones del primer informe del gobernador Alejandro Armenta contrastan con la pobreza y desigualdad de la economía local que tiene una alta marginación, con un PIB per cápita por debajo del promedio nacional, limitando la generación de ingresos propios.
El empleo cada vez se deteriora más, aumentó el empleo informal y hay constante pérdida de plazas formales, con una transición a condiciones laborales más precarias.
Las empresas, principalmente las pequeñas y medianas son vulnerables a la imparable inseguridad y costos laborales elevados —aumento de salario mínimo—, al grado de ocasionar cierres o recortes de personal.
La fuerte competencia de productos chinos es otro de los factores que pone en riesgo a los sectores industriales clave como el automotriz, y dependencia de sectores primarios —maíz, sorgo— con precios bajos y baja rentabilidad.
La guerra arancelaria, la renegociación del T-MEC y las disrupciones en cadenas de suministro sin duda afectan la manufactura y el comercio. El riesgo de inflación por indicadores globales y por el aumento salarial, afectando el poder adquisitivo y la competitividad son otro riesgo.
La baja inversión pública en infraestructura pone en retroceso a sectores como manufactura y construcción. La inseguridad impacta negativamente la inversión y la operación de negocios, frenando contrataciones.
Todo es panorama económico choca con el discurso oficial: “La economía poblana se ha posicionado como un pilar estratégico a nivel nacional gracias a su dinamismo industrial, particularmente en los sectores automotriz, manufacturero y textil; su sólida base agropecuaria y su creciente capacidad exportadora son factores que han contribuido al incremento del PIB estatal, al fortalecimiento de las cadenas de valor y a una distribución más equitativa de los beneficios del desarrollo para una prosperidad compartida”.
De acuerdo al último reporte del Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal (ITAEE), en el segundo trimestre de 2025, la actividad económica de Puebla mostró una contracción anual de 0.7 por ciento, resultado del retroceso de las actividades secundarias de 5.8 por ciento, aunque las actividades primarias y terciarias avanzaron 3.5 y 2.2 por ciento, respectivamente.
Durante el periodo enero a junio de 2025, el acumulado de la actividad económica estatal cayó 0.4 por ciento, por el descenso en las actividades secundarias de 5.0 por ciento; por su parte, las terciarias y primarias crecieron 2.2 y 1.1 por ciento, respectivamente. En este periodo, las actividades secundarias registraron -2.1 puntos porcentuales a la variación total del estado. En los primeros seis meses del año, igualmente, las actividades secundarias fueron las que más aportaron a la variación
Para este segundo año, el gobierno estatal tendrá que dejar a un lado el discurso populista y ponerse a trabajar en los problemas reales de la actividad económica. “Impulsar una transformación económica orientada a mejorar en la calidad de vida de las personas, el bienestar y la seguridad en el entorno, elementos complementarios al Producto Interno Bruto (PIB) estatal, para identificar los sectores que impulsan los equilibrios territoriales y diseñar políticas públicas hacia un desarrollo más equitativo y sostenible”, como desea el gobierno estatal no es suficiente. Urge dar seguridad jurídica, reglas claras y apoyos concretos y directos a los verdaderos actores de la economía poblana, de lo contrario todo quedará en el papel.