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La barbarie en crescendo…
Noticia publicada a
las 04:04 am 10/11/22
Por: Rogelio Martínez de la Huerta.
Mientras se agudiza la lucha de los contrarios, todos aspirantes a la “silla del águila”, la violencia se sistematiza a lo largo y ancho de México. Sin que interese cómo paliarla y menos como evitar el crecimiento de la inseguridad.
Solo es cuestión de abrir los periódicos y comprobar que salvo excepciones que confirman lo antes expuesto,
el 95 por ciento del país vive momentos de angustia y desolación por la pérdida de familiares, de vidas humanas y nadie ha sido capaz de acabar con este flagelo, heredado del franco desgobierno del espuriato de Felipe Calderón.
Por si faltara, la corcholatiza se despliega de muchas formas a lo largo de las entidades que van visitando, creando compromisos que no van a sostener, porque el asalto al poder se dará previo corcholatazo que emergerá del trasfondo de Palacio Nacional y no habrá poder humano que se salve de la frustración por haber soñado en llegar en sentarse en la grande. Pero que se achicó en cuanto el dedo benefactor del presidente hizo su aparición en la historia de México y que aún pervive en el presente.
Adán Augusto recorre el país enfrentando decires, pesares y sentires de los congresos locales, su proyecto crece y paulatinamente se achican Marcelo Ebrard, Claudia Sheinbaoun, en tanto Monreal se esfuma del mapa político por tantos agandayes y errores cometidos en su desmedido afán de llegar al poder que solo tiene un depositario inmovible, el presidente y esto no cambia y creo no cambiará.
Ante el panorama de la ambición y la codicia desmedida y desorbitada entre los aspirantes, los gobernadores se sirven con la cuchara grande, fingen apoyar a corcholatas visitantes y se despachan con la gran cuchara, los dineros del presupuesto estatal, comedidamente apoyados por cómplices, primos, familiares, compinches y empresarios expertos en el arte de trasquilar los erarios como se hiciera en los mejores tiempos del PRIANRD.
Ante la evidencia creo y lo afirmo que México está maldito, porque figuras y tiempos avanzan, pero el estilo de gobernar es el mismo que usaba el PRIANRD para servirse de los dineros grandes, a la vez que el pueblo pobre, sigue viviendo en la miseria ancestral de todos conocida.
No nos preguntemos ¿Qué pasará?, Porque siempre habrá tiempos mejores. Por lo mientras los apoyos que hacen que la gente viva con menos tribulaciones, harán de la entereza de López Obrador la garantía de que el futuro gobierno de México, respetará los recursos que al pueblo pobre mantienen entre la esperanza y la ilusión de un mejor futuro. Esperemos…