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La política de AMLO, cómplice de los gobernadores depredadores…
Noticia publicada a
las 01:09 am 13/05/22
Por: Ricardo Adolfo Guevara.
El ejército, un florero de AMLO…
La tolerancia desmedida a los saqueos, negocios, transas y mal manejo de los fondos públicos de AMLO para con los gobernadores, no solo infiere su carencia de gobernar debidamente, sino que tolera la corrupción que día a día dice combatir en la federación,
pero que permite exista en cada Estado que a veces nos lleva a pensar que recibe parte del saqueo para sus fines de gobierno.
Ya rebasó la maldad y el crimen, todas las expectativas del presidente, sus mentiras matinales son mero artilugio demagógico para sacar raja de los beneficiarios de los apoyos que sobran para que López Obrador se sirva a manos llenas de forma electoral, porque el desempleo, la pobreza y la miseria le prodigan votos a sus fines a los que tiene bajo control a fin de continuar en el poder.
Lo grave y lamentable es que, soberbio por la altura alcanzada con el poder total que el presidencialismo le prodiga, ahora no solo somete a los pueblos, tolerando la corrupción de los gobernadores ladrones y corruptos, sino que ya los tiene bajo control a fin de que las elecciones las ganen con todos los medios electoreros que se conocieron en el PRI.
El Estado mas desgobernado de todo el país es Puebla, su gobernador no solo es un enfermo físico, sino también mental, porque el problema de la diabetes que padece ya está muy avanzado y a veces la iracundia lo rebasa a grado tal, que sus empleados evitan que se entere de lo que sucede a fin de que no se vaya a encolerizar y las cosas se pongan peor.
En las elecciones pasadas él puso los candidatos de los municipios principales, ahora en todos hay problemas, porque improvisó presidentes que desconocen la profundidad de la administración municipal y los conflictos de cada alcaldía rebasan lo imaginable.
Se pueden citar los altos grados de violencia que mesclados con la inseguridad en todo el Estado poblano, ya tienen en la mira a las autoridades policiacas que no cumplen con su deber y en cambio obedecen órdenes atrabiliarias que conducen al gobierno de Barbosa por el rumbo de la maldad, la improvisación y el desorden total.
Afortunadamente para Barbosa, López Obrador no tiene el menor interés en lo que suceda para con los pueblos de los distintos estados. La verdad, el presidente no gobierna y cuando lo hace gira órdenes contradictorias que exhiben su falta de coherencia entre el decir y el hacer. La prueba es tal que, se dedica más a hacer política de apariencia que política efectiva que solucione los problemas de México que es víctima del crimen organizado que ya penetró al Estado, a la sociedad civil y a la sociedad política, mientras tanto, AMLO no ve, no oye y no percibe que los conflictos crecen cada día más.