Noticia publicada a las 12:51 am 20/10/19

Por: Guillermo Zamarripa.

* Para la tregua, una de las concesiones que ganó Trump es que China comprará productos agropecuarios por varios miles de millones de dólares…

En este espacio he comentado sobre la guerra comercial entre Estados Unidos y China y sobre el Brexit. Estos dos procesos en conjunto con otros factores han generado una baja en las expectativas de crecimiento de la economía global.

Por lo tanto, el escenario de menor crecimiento económico no es exclusivo de México. La gran interrogante es cómo nos irá en términos relativos.
El primer punto de análisis es entender el impacto que la guerra comercial entre Estados Unidos y China ha tenido en la economía. El foco de atención ha estado en los productos a los que se les ha puesto un arancel.
Si bien lo anterior es relevante, lo que más está afectando al crecimiento para 2019 es el entorno. Ante la incertidumbre de qué tantos aranceles se impondrán y qué otras medidas se adoptarán se está frenando la inversión ligada al comercio internacional.
A nivel micro, la decisión de menor inversión se está tomando en las empresas que pertenecen al sector de manufactura. Están actuando de manera conservadora ante un escenario en el que los políticos no están siendo claros en dar certeza de las nuevas reglas del juego.
Los dos participantes directos del enfrentamiento comercial se espera que tengan un menor crecimiento al proyectado a principio del año. El presidente de los Estados Unidos usó este tema como bandera electoral y hoy el consenso de los expertos es que afectará el desempeño de la economía volviéndose una vulnerabilidad para su campaña.
Para la tregua, una de las concesiones que ganó Trump es que China comprará productos agropecuarios por varios miles de millones de dólares.
De manera paralela a lo que pasa en Estados Unidos, la proyección del crecimiento de China también ha bajado, inclusive más. Como ellos no tienen un proceso electoral pueden esperar para tener una mejor negociación.
El segundo punto de análisis es el caso del Brexit.
Ha sido un proceso largo y desgastante. La realidad muestra que realmente no había un consenso en ese país sobre el tema. Todas las propuestas tienen sus puntos débiles y la de Johnson no va a ser la excepción.
El principal problema es el mismo que en el caso anterior: la incertidumbre que se genera afecta de manera profunda a la economía. Los empresarios ingleses hoy no tienen claridad de qué va a pasar.
Hay un segundo problema que tiene que ver con la dinámica interna en el Reino Unido: Escocia e Irlanda del Norte. En el primer caso, el movimiento independentista, y en el segundo, una frontera.
El tercer punto es que hay varias economías que tenían buen crecimiento en el mundo que hoy tienen peores perspectivas por problemas con su economía y/o políticos. Los más notables a mencionar son India y Hong Kong.
Un cuarto punto es lo que está pasando con los países productores de materias primas. En términos generales nadie ha estado poniendo en la mesa una política comercial de poner aranceles a este tipo de productos, excepto en el caso de algunos alimentos.
México es una economía que exporta manufactura y por lo tanto tiene riesgo. Si a Trump en la campaña se le complica China nos volteará a ver.
Además, con falta de confianza en la parte interna se puede dar un círculo vicioso que haga que nos vaya peor.

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Fuente: Excélsior.

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