Noticia publicada a las 12:42 am 03/08/19

Por: Álvaro Cepeda Neri.

I.- Ya en los actos públicos, con asistencia del Presidente de la República o en ceremonias militares, el Himno Nacional se ha suprimido. Se habla que hasta del cierre y apertura de las radiodifusoras, quien coordina como funcionario, está tanteando el terreno para que no sea obligatorio; al menos, sacar del aire algunas estrofas porque molesta a los intereses religiosos de la mayoría de las iglesias evangelistas que coordina y preside Arturo Farela Gutiérrez

(quien es uno de los poderes tras el trono presidencial). Ni siquiera en actos militares, como son los de la Guardia Nacional, no se ha entonado musicalmente ni menos cantado, como era una tradición en fechas patrióticas; y cuya primera y completa letra y música surgió el 15 de septiembre de 1824, tras ganar el concurso para su creación el poeta Francisco González Bocanegra y el músico Jaime Nunó.
II.- Es una información, que se ha constatado con los hechos, ya que salvo el día de la toma de posesión de AMLO, en el Congreso General, se entonó sin que se le viera cantarlo. Sería muy grave para el nacionalismo mexicano que hasta en las escuelas se fuera desterrando esa costumbre de civismo, por dar prioridad a la Cartilla Moral que el vocero presidencial, Jesús Ramírez Cuevas, asegura será repartida en una primera entrega de 10 millones de ejemplares, para reeducar a la población en los principios ideados por Alfonso Reyes en 1950. Entonces fue para apurar la alfabetización, y ahora para desdibujar el laicismo republicano que trazaron la Reforma, la República Restaurada y la Constitución de 1857, encabezada por los Hombres y Mujeres que conquistaron la separación de las iglesias y el Estado; dirigidos por Benito Juárez y aquellos hombres –según Antonio Caso– que parecían gigantes de la democracia republicana, comprometidos con la renovación de afianzar la Soberanía Nacional.
III.- Todo indica que el poder tras el trono presidencial, el dirigente de la Confraternidad Nacional de Iglesias (entre ellas la Luz del Mundo a la que pertenece Martí Batres, y cuyo pastor se encuentra encarcelado por violaciones sexuales y otras desviaciones), es quien impulsa la supresión del Himno Nacional; que con la Bandera Nacional, son el par de símbolos de nuestro nacionalismo en los actos públicos, ya que ellos consideran que ese himno es antirreligioso y debe ser paulatinamente suprimido, para degollar uno de los ejes del patriotismo mexicano. Es un error querer quitarlo definitivamente, cuando es un himno que consolidó la paz social tras los momentos históricos que sucedieron a la defensa contra las invasiones del estadounidense Polk y el francés Bonaparte. Es un himno emocionalmente gratificante para la ciudadanía mexicana. Si llegara a prosperar el hecho de marginarlo totalmente, se mutilaría la Historia Mexicana, en la que su Bandera y ese Himno son Estandarte y Canto que nos identifican con nuestra singular mexicanidad.

cepedaneri@prodigy.net.mx

Fuente: Por Esto.

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