Claudia Guerrero Martínez
"ENTRE LO
UTÓPICO Y LO VERDADERO"
Gilberto Nieto Aguilar
"LIBERTAD
Y EDUCACIÓN"
Martín Quitano Martínez
"ENTRE
COLUMNAS"
Evaristo Morales Huertas
"VERACRUZ
EN LA MIRA"
Luis Hernández Montalvo
"MAESTRO
Y ARTICULISTA"
César Musalem Jop
"DESDE
LAS GALIAS"
Ángeles Trigos
"AIDÓS
Q DíKE"
La mujer es lo más bello de la vida, cuidemos de ellas...
Los días de la tierra
Noticia publicada a
las 01:12 am 02/05/19
Por: Martín Quitano Martínez.
“Hay algo fundamentalmente incorrecto en tratar a la tierra como si fuese un negocio en liquidación”.
Herman Daly
Efectivamente nos urgen políticas y acciones de estado y gobierno para
disminuir la violencia y la seguridad. Sí, es urgente generar acciones que
aminoren y resuelvan las desigualdades y la pobreza. Sí,
es prioritario que mejore la educación y la salud, que haya respeto y tolerancia por los derechos humanos y la diversidad. No hay duda que en esos asuntos se deben tomar decisiones, pero ningunas tan relevantes y poderosas como las que permitan que sigamos viviendo en este planeta, garantizando la permanencia de las generaciones por venir, entendiendo que el desarrollo sustentable es la única vía que nos llevará al futuro.
Reconocer nuestra fragilidad como especie y los desequilibrios que estamos generando con la ruta que hemos recorrido hasta ahora, es el imperativo del
presente. Cambiar el mensaje y los valores del desarrollo para establecer una verdadera conciencia social y de estado, no es una moda impuesta por las
agencias internacionales, es una llamada de alerta roja frente a los problemas que ya están presentes.
Más allá de los compromisos internacionales en relación al medio ambiente y al cambio climático, armados por nuestro país, es claro que estamos muy lejos de contar con la fortaleza de políticas ambientales que se traduzcan en verdaderos diques de contención para la continuidad de actos depredatorios de nuestros hábitats.
En Veracruz, nicho de una riqueza y una diversidad envidiable, con recursos naturales que pese al deterioro aún son muy valiosos, se perpetúa el abandono por parte de las áreas responsables existentes y con ello un desdén gubernamental que ofende. No ha habido solvencia en la administración pública para diseñar y concretar acciones que reivindiquen la vitalidad de una
política pública ambientalista.
Ahí están los pasivos ambientales, los bosques, selvas y humedales amenazados por el avance de mancha urbana sin control, a merced del mercado inmobiliario; talas clandestinas, incendios provocados, omisión de
cuidado y con ello la destrucción de nuestras fábricas de agua; lagunas y ríos usados como vertederos de basura y desechos.
Contener la ambición de los entes privados y públicos es una forma de proteger nuestro planeta, nuestra casa y de nuestras futuras generaciones.
Convencer y vencer con la fuerza de la razón a los que toman decisiones. Ojalá que el compromiso de la nueva administración federal y estatal se comprometa
a valorar nuestro planeta y que desde los ejercicios públicos se trabaje para que todos los días sean los días de la tierra.
DE LA BITÁCORA DE LA TÍA QUETA
A la señora Gordillo solo le hace falta que todos le pidamos perdón.