Noticia publicada a las 03:59 am 09/12/18

Por: Rogelio Martínez Huerta.

Esto de la democracia tiene cuestiones harto difíciles de entender, por eso la acritud de conceptos cuando aparece la derrota, que como los niños de las ciudades perdidas, es huérfana y nadie quiere cargar con ella. Todo lo contrario del triunfo, que tiene muchos padres y aparecen ganadores por doquier.
Anoche soporté la jerga laberíntica de los magistrados, que como la cantinflesca, Mónica Aralí Soto Fregoso, intentó por espacio de una hora, encantar serpientes;

para dejar en suerte a la magistrada Janine Otalóra Malassis, que ni la oyó y menos la tomó en cuenta. Toda vez que son un Poder y como Magistrados no deben de prestarse al juego sucio de oscuros intereses así los haya puesto algún despistado de Morena.
En contraposición, Otálora Malassis definió la elección que dejó cariacontecido, a punto del colapso y enrojecido por la presión al C. magistrado Luis Vargas Valdés. El nuevo triunfo de Martha Éricka es el preludio de un futuro contrapeso y si de culpables hablamos, se deben de enfocar las baterías al trío de perfectos desmesurados que están en el Congreso de Puebla y que hicieron un mal papel, cuando intentaron quitar de enmedio con todas las artimañas priístas para hacer caer a la Coalición Por Puebla al Frente que había sido declarada ganadora.
La sesión se prolongó por seis horas, la Sala Superior del TEPJF resolvió la impugnación interpuesta por el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y su candidato, Miguel Barbosa, contra los resultados alcanzados el pasado 1º. De julio que favorecieron a la multicitada candidata a la gubernatura por el PAN.
Y en una decisión dividida con los votos a favor de la anulación por parte de los magistrados José Luis Vargas Valdés, Felipe Fuentes Barrera y Mónica Arali Soto Fregoso y en contra, de Janine Otalóra Malassis, presidenta del TEPJF; Felipe de la Mata Pizaña, Indalfer Infante, y de Reyes Rodríguez Mondragón, el máximo tribunal electoral del país determinó validar la elección ya sancionada en Puebla, pese a los errores cometidos por los encargados del Tribunal Poblano.
El final pone en su lugar la codicia de cientos de ambiciosos de Tehuacán que al caer en el garlito de que Morena tendría un Gobernador color marrón después de tres meses, de inmediato se treparon al carro de esa revolución que solo y su tenaz lucha histórica, logró para gloria de México Andrés Manuel a quien sigo desde hace 18 años.
Por cierto, nunca tendré la certeza de saber si, Olga Sánchez Cordero fue a decir a Luis Vargas que votaran en contra de Martha Éricka o de plano que se anularan las elecciones. Porque no olvido que AMLO comentó, que Barbosa era el gobernador electo, para que los despistados y alborotados pseudolíderes ocasionales que se subieron al poder con los votos de Andrés se calmaran y se pusieran a trabajar decentemente, pero no ganaron y su derrota es grave, porque demostraron no ser políticos.
Lo trascendente e histórico es lo siguiente: Martha Éricka Alonso, ganó en seis ocasiones y con el fallo del Tribunal Electoral sumó siete. Con ello se define una elección que a base de marrullerías, componendas, chicanas, golpes bajos y críticas insanas, mancharon la limpia y democrática campaña de Andrés Manuel López Obrador en Puebla. Esto ya terminó, ahora a trabajar, que para eso se hace política en México. Vale…

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