A mitades del verano de 2018, el Instituto de Fisiología de la UNAM, anunció que está científicamente comprobado que los jugos embotellados y refrescos detonan el síndrome metabólico, es decir, las bebidas químicamente endulzadas son precursoras de la cadena de alteraciones que hinchan y deforman al cuerpo humano.
Con esta inflamación crónica, las personas además de perder movilidad de manera paulatina, también atentan lentamente contra el funcionamiento de sus órganos, en especial con los que están relacionado el metabolismo: intestinos, estómago, hígado, riñones, vesícula biliar y sobre todo, el páncreas, con lo que en la medida en que ganan peso, pierden calidad de vida.
Con cada sorbo que se le da al “juguito” o refresco, se da un paso firme hacia el colapso del páncreas, pues al ingerir estas bebidas, se estimula en exceso, y varias veces al día, a este órgano, con lo que el desgaste continuo se comienza a manifestar con la deficiencia de la producción de insulina y puede culminar con el desarrollo de un tumor maligno.
De manera puntual, el equipo de investigación encabezado por la doctora Marcia Hiriart Urdanivia, explica que entre los ingredientes de las bebidas químicamente endulzadas, se encuentra la sacarosa, sustancia que al ser ingerida recurrentemente agota al páncreas y provoca las reacciones químicas que culminan en la inflamación abdominal.
Dicho de manera coloquial, la sacarosa es azúcar blanca, misma que todos los días se sirve en la mesa de los hogares mexicanos o con la que se manufacturan decenas de productos ultraprocesados de consumo diario; por ejemplo: La leche en polvo Kínder para niños de 1 a 3 años, los jarabes de miel artificial, yogures artificiales y galletas, entre muchos otros.
Aunque en el laboratorio los científicos elaboren modelos para explicar, sostener y demostrar con evidencia los daños que estos productos provocan a la salud, a la mayor parte de los mexicanos, entre ellos las autoridades sanitarias, poco o nada parece interesarles esto, pues la realidad indica que hay una tendencia creciente en el número de casos de cáncer pancreático,
Al día de hoy este tumor representa la sexta causa de muerte en hombres y la séptima en mujeres, de acuerdo con la Agencia Internacional para la Investigación sobre Cáncer (IARC); el cáncer pancreático en México tiene una incidencia de 4 mil 274 casos anuales, con una mortalidad de 4 mil 133 casos. Con la finalidad de que las personas cuiden el órgano en donde se produce la energía que nutre a cada célula de su cuerpo, cada 15 de noviembre se conmemora el Día Mundial de Cáncer de Páncreas.
Tumor letal. Así como las personas que tienen diez años o más de padecer sobrepeso u obesidad necesitan revisarse concienzudamente los ojos, a fin de detectar oportunamente la retinopatía diabética, también tienen que estar pendientes del estado de salud de su páncreas, ya que este órgano no genera molestias sino hasta que es demasiado tarde. Especialistas apuntan que el cáncer de páncreas es el noveno tumor más diagnosticado en mujeres y el undécimo en hombres; se trata de un tumor letal porque sólo nueve de cada cien pacientes logra la supervivencia, la cual dura apenas cinco años.
Se estima que uno de cada 63 hombres y una de cada 65 mujeres padecerá este tumor, los cuales, en la mayoría de los casos, son diagnosticados en etapas avanzadas, cuando poco o nada queda por hacer, ya que por lo general, el cáncer ya ha invadido otros órganos.
El doctor José Athié Rubio, director médico de Grupo Biotoscana México y cirujano oncólogo de Médica Sur, explicó que en la mayoría de los casos los tumores no son operables y existen pocas alternativas de tratamiento. Ejemplo de ello es la extirpación quirúrgica, la cual es posible en tan sólo un 20 por ciento de los pacientes con adenocarcinoma, el tipo más común de cáncer de páncreas. En algunos casos, con quimioterapia antes de la cirugía, este porcentaje puede aumentar.
El cáncer de páncreas es difícil de detectar y diagnosticar en fases tempranas. Una vez diagnosticado, se puede controlar sólo si se detecta antes de su diseminación, cuando se puede extirpar completamente por medio de una operación. “Si el cáncer se diseminó, la terapia paliativa puede mejorar la calidad de vida del paciente al controlar los síntomas y las complicaciones de la enfermedad”, añadió el Dr. José Athié Rubio.
Por ello es de suma importancia aumentar la concienciación social sobre esta enfermedad y advertir acerca de la necesidad de un cambio urgente que promueva la investigación y, sobre todo, que el tratamiento de esta enfermedad sea una prioridad de la salud pública.
En lo que respecta a tratamientos, existen áreas de investigación en cáncer de páncreas que están en la búsqueda de biomarcadores para la detección temprana a través de registros de pacientes con antecedentes de este tipo de cáncer, el de¬sarrollo de medicinas que atacan mutaciones genéticas específicas, la comprensión de cómo el microambiente del tumor altera la administración de medicamentos y la utilización del sistema inmunológico para el tratamiento.
Fuente: Crónica.
[Regresar a la página principal] |