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LA MANO DE BARBOSA PARA PRESIONAR A AMLO, EN EL TRASFONDO DE LA AMENAZA DE DESAPARECER PODERES EN PUEBLA
Noticia publicada a
las 12:50 am 23/10/18
Por: Arturo Luna Silva.
PUEBLA, PUE.-La amenaza de los diputados locales lopezobradoristas de solicitar al Senado la desaparición de poderes, así en plural, en Puebla, no solamente delata la supina ignorancia de sus líderes, con José Juan Espinosa a la cabeza, sino que además evidencia el despropósito inconcebible de propinar un golpe de Estado de facto desde el Legislativo a un gobierno constitucionalmente legal y ciudadanamente legitimado.
Por supuesto no ocurrirá. Pero también en esta bravuconería se ve la mano del candidato derrotado, Luis Miguel Barbosa Huerta, quien busca así llamar la atención del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, para que tire línea a su favor en el TEPJF y se anule la elección por la gubernatura. Es un movimiento avieso desde todas sus aristas.
Además de los ya recurrentes excesos del llamado JJ, llama la atención la mansedumbre de esa bancada, que acompaña este amago, a sabiendas de que hace un ridículo mayúsculo ante los ojos de la nación.
A sabiendas de que es imposible y que es un método de presión de Barbosa hacia AMLO, quien ya ha mandado a decir que el Caso Puebla se resolverá desde lo legal, no desde lo político.
La amenaza del camaleónico y protagónico José Juan Espinosa, con la mano de Barbosa detrás, demuestra que, a pesar de erigirse como uno de los dirigentes de la Cuarta Transformación en Puebla, no tiene cuidado con las palabras, ni las formas, está desinformado y es un ignorante de las leyes fundamentales del país.
No hay ni en el Artículo 76 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, ni en su Ley Reglamentaria, que abordan la materia, ningún supuesto para llevar a la defenestración del actual gobierno.
Vamos, ni por asomo.
Es un mal chiste y peor: mal contado.
La revancha contra el mandatario Tony Gali Fayad, por haber realizado observaciones, no vetos, a las reformas que aprobó la mayoría lopezobradorista al vapor y sin asepsia en la técnica legislativa, no es causal ni justificación.
Ni siquiera para la amenaza.
Gali realiza sus funciones con apego a la Carta Maga, ni más, pero tampoco menos.
En principio, el artículo 76 constitucional establece que la Cámara Alta puede declarar la desaparición de todos los poderes, pero de los tres, Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
De permanecer uno en funciones, para el caso de la febril amenaza del JJ, el Legislativo, simplemente no se configura esa posibilidad.
“Artículo 76. Son facultades exclusivas del Senado:
(…)
V. Declarar, cuando hayan desaparecido todos los poderes constitucionales de una entidad federativa, que es llegado el caso de nombrarle un titular del poder ejecutivo provisional, quien convocará a elecciones conforme a las leyes constitucionales de la entidad federativa…”
Pero hay más elementos que desnudan la locura de Espinosa.
La Ley reglamentaria de la Fracción V de ese artículo de la Constitución, que está vigente desde su expedición en 1978, establece los supuestos por los que en una entidad se puede declarar la desaparición de poderes.
Se genera cuando los titulares de éstos:
1. Quebranten los principios del régimen federal;
2. Abandonen el ejercicio de sus funciones, a menos que exista causa de fuerza mayor;
3. Exista imposibilidad física para ejercer las funciones inherentes a sus cargos o por conflictos causados por ellos mismos, los cuales afecten la vida del Estado, impidiendo la vigencia del orden jurídico.
4. Prorroguen su permanencia en los cargos después de fenecido el periodo para el que fueron electos o nombrados, y no hubieren celebrado elecciones para elegir a los nuevos titulares.
5. Promuevan o adopten una forma de gobierno o base de organización política distinta a las que señala la Constitución General de la República.
Las observaciones que Tony Gali ha realizado a la maraña de tres reformas -Ley Bala, nombramiento del Fiscal y relevos en los ayuntamientos- de la mayoría lopezobradorista del Congreso local es una facultad constitucional del titular del Ejecutivo poblano.
Ni lejanamente podría encuadrarse en ninguno de los cinco supuesto que establece la ley.
De ahí que la amenaza sea hueca, ignorante y temeraria.
“Si el gobierno estatal continúa con este boicot, con toda responsabilidad y apego a la Constitución y a las leyes, impulsaremos que el Congreso del estado de Puebla solicite al Senado de la República que declare la desaparición de poderes de nuestra entidad”, sentencia el desplegado de los 22 diputados lopezobradoristas poblanos de este lunes en el diario Reforma.
Sin embargo, en ningún momento hay que dejar de ver lo que subyaceen esta disputa.
No se trata solamente de la locura de Espinosa, sino que en el fondo es también una estrategia del candidato derrotado a la gubernatura, Luis Miguel Barbosa, y sus títeres, para presionar al presidente Andrés Manuel López Obrador.
Quieren llamar su atención, que no olvide el caso poblano y que tire línea a los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) para anular la elección a la gubernatura.
Es un grito, un clamor.
No hay un solo elemento jurídico o político que dé sentido a la multicitada desaparición de poderes.
El fin es forzar al presidente electo a meter las manos y dar un golpe autoritario para que Barbosa gane en la mesa lo que no pudo en las urnas.
En esencia: busca ser una vil, absurda e insulsa intimidación.
¿Lo lograrán?