Claudia Guerrero Martínez
"ENTRE LO
UTÓPICO Y LO VERDADERO"
Gilberto Nieto Aguilar
"LIBERTAD
Y EDUCACIÓN"
Martín Quitano Martínez
"ENTRE
COLUMNAS"
Evaristo Morales Huertas
"VERACRUZ
EN LA MIRA"
Luis Hernández Montalvo
"MAESTRO
Y ARTICULISTA"
César Musalem Jop
"DESDE
LAS GALIAS"
Ángeles Trigos
"AIDÓS
Q DíKE"
La mujer es lo más bello de la vida, cuidemos de ellas...
LUCHAR
Noticia publicada a
las 02:18 am 18/08/18
Por: Guillermo Fárber.
Me dice el Torito: “Si luchas puedes perder, pero si no luchas estás perdido, dice . Y bueno, me parece que SI NO LUCHAS puedes ganar siempre pues no hay rival enfrente, por ofensivo que parezca o dañino que sea. Relativizar combates y victorias debería ser el principio de todo conquistador... sabio. Es decir, que se durmiera sobre su escudo en vez de utilizarlo para luchar. O como diría Edmundo Vidal: Prefiero el abeto al reto.”
SABER MORIR
Me cuenta el paisano Joaquín: “Conocí a Elisabeth Kübler Ross durante su conferencia dictada en un pequeño hospital de la californiana ciudad de Auburn. La jefa de enfermeras, que era mi cuñada, nos invitó a la charla. Elisabeth hablaba perfecto inglés con acento alemán. Una de las grandes estupideces que criticó y me tocó vivir durante la larga convalecencia de mi esposa en el IMSS, es que a una de mis hijas nunca le permitieron acceso a ver a su madre porque era menor de edad. La recomendación de Elisabeth era que dejaran entrar a los niños a los hospitales porque son la mejor terapia viviente”.
IMSS
“La estupidez fue del IMSS al NO dejar entrar a tu hija a visitar a su mamá. En 1963 mi madre fue internada de emergencia en una clínica del IMSS. Siendo yo menor de edad (14 años), fui a visitarla tres veces sin que nadie me lo impidiera. Cuando mi madre regresó a casa me dijo: ‘Flaco, tus visitas me curaron, gracias flaquito por visitarme’. Con este ejemplo se desprende la idea de Frau Kübler de sugerir ‘dejar entrar a los niños a los hospitales porque son la mejor terapia viviente’. En uno de sus tantos aforismos, Hipócrates se adelantó 2 mil 500 años a Freud cuando dijo: ‘Muchos enfermos se curan solamente con la satisfacción de un médico que los escucha’. Si esto ocurre con la empatía de un doctor, imagínate el impacto sanador cuando un hijo o hija visita a su madre enferma en un hospital. Es sorprendente su alivio de inmediato”. Repuesta: “En efecto, la estupidez proviene del IMSS y todo su sistema carcelario-hospitalario. La propuesta de Elisabeth era que los hospitales deben permitir el acceso a los niños. En el caso de mi hija adolescente tuvimos que recurrir al maquillaje y la zapatilla para pasarla como ‘adulta’ a ver por última vez a su madre agonizante”.
ISSSTE
A propósito de los sistema hospitalarios-carcelarios de las instituciones de salud pública, estos días he tenido que ir al hospital 20 de Noviembre (sólo visito hospitales-clínicas-sanatorios-dispensarios si absolutamente tengo que hacerlo). Ahí murió mi abuela materna en 1968. Vi que hacen mucho hincapié en su programa Buen Trato. Buen trato de todo el personal del ISSSTE hacia los internos y sus parientes, y de éstos hacia enfermeras, doctores, administradores, etc. Es un programa necesarísimo y bien diseñado por la agencia publicitaria a cargo (de la que no tengo la menor referencia, aclaro). Eso del buen trato es de primordial importancia en ambos sentidos: de aquí para allá y de allá para acá. Y no solo en los hospitales, sino en toda ocasión de convivencia, pero en lugares donde hay relaciones de dependencia y de vulnerabilidad, con más razón.
PHUBBING
“El phubbing es el acto de ignorar a la persona con la que se conversa para checar aunque sea ‘rápidamente’ tus mensajes o redes sociales. Parece un acto ino-fensivo, pero daña tus relaciones. El phubbing le resta significado a un interacción cara a cara. Textear durante una conversación hace la plática menos satisfactoria. El phubbing afecta la salud mental, pues la gente que se siente ignorada por el uso del teléfono llega a sentirse también aislada, le baja la autoestima y se siente menos importante. Puede estar sucediendo en tu casa cuando tu hijo (a) te pregunta algo y tú lo ignoras o le respondes sin sentido o sin darle importancia”.