estarán por terminar su Educación Primaria dentro de seis años. Y los estudiantes que empezarán el quinto grado de Primaria en unos días, estarán en la etapa de concluir la Secundaria en 2024. ¿Qué sucederá con sus escuelas, sus maestros y con sus procesos de aprendizaje durante este sexenio? ¿En ellos pensarán los planeadores de la educación, los políticos profesionales y los tomadores de decisiones en materia educativa?
¿Cuáles son las prioridades de la Educación Pública en México actualmente y cómo será confeccionada la agenda en este rubro de ahora en adelante? Precisamente sobre esos temas, el pasado 17 de julio Gilberto Guevara Niebla, colaborador del próximo equipo de la SEP, -con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador-, escribió un texto sobre cuatro aspectos críticos de la agenda de las políticas educativas, que iniciaría este 2018 y que seguramente dominará durante los años que vienen, junto con el cambio de gobierno federal.
En la introducción de su comentario, Guevara Niebla admite las diferencias de opinión sobre políticas educativas que ha sostenido durante los últimos años, en especial, frente a las ideas de AMLO, quien se ha pronunciado en contra de la Reforma Educativa impulsada por el gobierno de Peña Nieto. Así inicia su texto Guevara Niebla: “Las diferencias de opinión no deben ser obstáculo para unirnos en apoyo al nuevo proyecto educativo nacional. Lo importante es que los nuevos esfuerzos en esta materia se nutran de la experiencia anterior, que no se repitan los errores del pasado y, que se apunte hacia metas de desarrollo más ambiciosas...” (1)
Gilberto Guevara Niebla propone una agenda para encarar la siguiente etapa de la Reforma Educativa mexicana (sin que se llegue al extremo, según él, de derogarla o abrogarla). Los cuatro temas son: Financiamiento (gasto en Educación); gobierno y gestión del sistema educativo; calidad con equidad, y mejorar la base del sistema educativo.
Con respecto al Financiamiento, Guevara Niebla señala que “El gasto público en educación debe aumentar... Se necesita asimismo reforzar financieramente a las escuelas más desfavorecidas. Más del 90 por ciento del gasto se consume en la nómina y queda poco dinero para inversión y operación en las escuelas. Las consecuencias negativas de este estado de cosas son múltiples, pero la más obvia es que las escuelas pobres, con carencias financieras crónicas, se ven obligadas a buscar recursos por su cuenta, a veces, pidiendo cuotas voluntarias a los padres de familia.” Una aclaración: No solo las “escuelas pobres” se ven en la necesidad de establecer cuotas voluntarias (a través de las asociaciones de padres de familia), sino que toda la red de escuelas públicas lo hace así porque el gobierno federal no otorga recursos, ni los gobiernos estatales, para cubrir todos los gastos ordinarios de operación (teléfono, papelería, mantenimiento, insumos para limpieza, material didáctico, etc.)
Sobre el financiamiento educativo, planteo algunas preguntas: ¿En qué grado (porcentaje) debe aumentar el gasto en educación? ¿Se refiere al gasto del gobierno federal o a todo el gasto nacional, que incluye a la inversión privada en ese rubro? ¿Hacia qué rubros estaría dirigido o en qué se aplicaría el incremento del gasto en educación, en caso de que así lo decida o apruebe el Congreso de la Unión?
En la parte de “Gobierno del sistema”, el punto de vista de GGN se resumen en la siguiente idea: “...en cada entidad federativa las escuelas son tuteladas por una estructura burocrática que ejerce su autoridad verticalmente. El centro del poder educativo no está en la escuela sino en esas estructuras burocráticas. Las escuelas carecen de poder sustantivo, de ahí la pertinencia de desarrollar nuevos esfuerzos para que la escuela tenga mayores facultades de forma que el sistema se desburocratice paulatinamente.” Más preguntas: ¿La estrategia para descentralizar el poder de las burocracias estatales (especialmente de las secretarías de educación y organismos desconcentrados de las entidades federativas) para trasladarlo a las escuelas, con qué instrumentos jurídicos cuenta y fundamenta para operarla? ¿Por qué el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) no ha señalado ni atendido estas necesidades de evaluación locales, generadas por la concentración vertical de los poderes estatales, que afectan a la gobernanza y la gestión educativas? ¿Acaso esa no es una facultad y tarea pendiente de las coordinaciones del INEE en las entidades?
Acerca de la “Calidad con equidad”, esto dice principalmente GGN: “La búsqueda de la calidad es el principal norte de cualquier política educativa, pero la calidad, en tanto meta nacional, jamás se habrá de lograr si no se ataca, simultáneamente, la desigualdad. Si el esfuerzo político se concentra en mejorar las escuelas que tienen buen desempeño y con ello se desatiende a las que tienen mal desempeño, lo que habrá de lograrse es una mayor y más grave inequidad.”
Pregunta y comentario al mismo tiempo: Si el “principal norte” de cualquier política educativa es la “calidad”, como lo afirma GGN ¿qué lugar ocupa en la agenda educativa nacional el problema de la falta de cobertura, por ejemplo, en el primer grado de Educación Preescolar y del ingreso a la Educación Media Superior y Superior? Esto dicho a reserva de discutir con mayor profundidad los conceptos de “derecho”, “equidad” y “calidad” de la educación, entre otros.
Por último, sobre cómo “Mejorar la base del sistema educativo”, el académico universitario y futuro funcionario de la SEP, señala lo siguiente: “Una manera de enfrentar eficazmente la meta de calidad con equidad es lanzar acciones vigorosas para reforzar la educación en la primera infancia (0-3 años) y la educación preescolar (3-6 años). El gran obstáculo para la calidad y la equidad son las deficiencias que presentan muchos niños cuando inician la escuela, deficiencias que son físicas, intelectuales, o emocionales y que generalmente se asocian al contexto social-familiar de donde proceden. Una efectiva educación inicial (crianza de los niños) y un buen preescolar pueden contribuir a cambiar radicalmente este estado de cosas y propulsar hacia arriba al sistema entero.”
Sobre esto no hay ninguna duda. Estoy de acuerdo con esta sugerencia de punto para agregar a la agencia educativa. Efectivamente, la educación inicial y preescolar son importantes porque –como dijera el Maestro Roberto Barocio-, son las primeras en la vida. No hay que olvidar que, como en la construcción de una casa, la educación de la primera infancia es semejante a la cimentación: Sin ella no hay muros ni techos. Una sociedad que destina recursos, protege y se preocupa (y ocupa) de sus niños más pequeños, a través de programas educativos robustos e innovadores, es una sociedad equilibrada y de avanzada, que no solo piensa en el ahora sino en las siguientes generaciones.
Fuente: Sdpnoticias.com
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