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CINCO PASOS PARA NO VOTAR POR UN CORRUPTO
Noticia publicada a
las 02:38 am 11/12/17
Por: Viridiana Ríos.
Es muy común que los votantes favorezcan a candidatos corruptos, con probadas ligas con corruptos o con el abierto respaldo de grupos corruptos, incluso si la corrupción no ha beneficiado al votante mismo. ¿Por qué hacemos esto? ¿Cómo podremos evitarlo en esta elección?
No hay duda de que el tema más relevante de la jornada electoral 2018 será la corrupción.
Lo que es mucho menos claro es si esto implica que la corrupción vaya a ser determinante en los resultados electorales.
Es decir, una cosa es que se discuta mucho el tema y que haya muchos escándalos, y otra es que la gente use la información de escándalos de corrupción como referente para dar su voto.
De hecho, mucha investigación ha demostrado que la gente tiende a permitirse, con mucha regularidad y frecuentemente, votar por políticos corruptos o por candidatos que representan a partidos corruptos.
¿Cómo se justifica uno mismo el votar por un partido corrupto o por un candidato que lo representa?
Primero (y ésta es una de las cosas que más me han sorprendido recientemente), tal parece que las personas de más altos ingresos reaccionan negativamente a la corrupción, pero aún más a la falta de educación y experiencia en los candidatos (Winter & Weitz-Shapiro, 2013). Es decir, su valoración por la experiencia y la educación oscurece el que su candidato tenga una colusión directa con los corruptos. Estas personas tienden a decirse que “valoran la tecnocracia” por sí misma, y justifican votar por un tecnócrata corrupto a cambio de no empoderar a alguien “con menos experiencia técnica”. Así, los corruptos bien educados se ven favorecidos con este voto.
Segundo, si usted ha seguido con detalle los escándalos anticorrupción de sus gobernantes, la investigación muestra que probablemente terminará desilusionado y dejando de votar (Bauhr y Brimes, 2011; Chong et. al. 2014). Esto será, en realidad, como dar su voto a favor de los corruptos. porque la abstención electoral casi siempre beneficia a los partidos que tienen “más maquinaria”, es decir, que pueden atraer más votos por medio de clientelismo corrupto (Stockermer et. al. 2012). Así, los corruptos en el poder pudieran ganar con su abstención.
Tercero, si las condiciones económicas de su estado son más favorables, hay estudios que dicen que usted tenderá a minimizar los impactos de la corrupción, aun si ésta afecta directamente otras áreas geográficas o industrias (Zechmeister & Zizumbo-Colunga, 2013). Lo mismo pasará si el gasto público es amplio (Pereira y Melo, 2012). Las justificaciones son varias, pero el resultado es el mismo. Así, los corruptos que manejan bien la economía podrían favorecerse con su complacencia.
Cuarto, si las acusaciones de corrupción provienen de instituciones de la sociedad civil, todo indica que muchos no les creerán. La gente le cree más a los periódicos. Si los periódicos no son críticos, las voces de la sociedad civil pueden ser tachadas de sesgadas (Botero, 2015). Usted podría decir que no sabe qué intereses están detrás de esas ONG y descalificar, incluso, evidencia sólida e incuestionable. Así, los corruptos podrían beneficiarse con su desconfianza en la sociedad civil.
Quinto, si usted es simpatizante de un candidato, tiene cosas en común con él o es miembro de un partido político hay muchos modelos que muestran que usted justificará su apoyo, minimizando los escándalos de corrupción que salgan a la luz (Klasnja, 2017). El “partidismo” mitiga el efecto de los escándalos anticorrupción, probablemente porque se justifican diciendo que “así son todos” o que “mis oponentes son peores”. Así, los corruptos podrían beneficiarse por su falta de autocrítica.
Muchas veces me preguntan qué podemos hacer los ciudadanos en contra de la corrupción. Hoy la respuesta es clara: Votar con nuestros valores firmes.
La única forma de reducir la corrupción es levantarse firmemente en contra de ella, haciendo notar a nuestros políticos que no la toleraremos.