Claudia Guerrero Martínez
"ENTRE LO
UTÓPICO Y LO VERDADERO"
Gilberto Nieto Aguilar
"LIBERTAD
Y EDUCACIÓN"
Martín Quitano Martínez
"ENTRE
COLUMNAS"
Evaristo Morales Huertas
"VERACRUZ
EN LA MIRA"
Luis Hernández Montalvo
"MAESTRO
Y ARTICULISTA"
César Musalem Jop
"DESDE
LAS GALIAS"
Ángeles Trigos
"AIDÓS
Q DíKE"
La mujer es lo más bello de la vida, cuidemos de ellas...
El receso escolar
Noticia publicada a
las 04:20 am 28/07/17
Por: Gilberto Nieto Aguilar.
XALAPA, VER.- El receso escolar en la educación básica ha sufrido algunas transformaciones conforme lo han requerido las actividades educativas y las nuevas necesidades que aparecen en el escenario escolar desde la modernización educativa de 1993. El receso de fin de año es un descanso entre el fin de un periodo escolar y el inicio de otro, aplicable a los alumnos y a los maestros que los atienden,
para ordenar las ideas, reorganizar actividades, recuperar energía, fortalecer la motivación.
“A diferencia de un teléfono móvil, donde la sabiduría popular nos dice que debemos agotar la carga al 100% antes de volverlo a cargar completamente, las personas en su lugar de trabajo tienen que hacer pausas” para desempeñarse y rendir mejor en su trabajo, dejando de lado una serie de actividades y abordando de nueva cuenta otras de similar naturaleza, dicen las doctoras Emily Hunter y Cindy Wu, profesoras asociadas de la Escuela de Negocios en la Universidad de Baylor.
En el Artículo 24 del Reglamento de las CGTPSEP —nuestra viejísima ley fundamental que aún sin parches ni remiendos actualmente está muy maltratada— contempla como derechos de los trabajadores: “II.- Disfrutar de los descansos y vacaciones procedentes”. El artículo 45 se refiere a que “las vacaciones de los trabajadores docentes se regirán por los respectivos calendarios escolares, y las de los trabajadores no docentes que prestan servicios en las escuelas, por las disposiciones que dicten las dependencias de su adscripción”.
El receso escolar es un pequeño descanso para la mente, el cerebro, aumentar la concentración, relajar el sistema nervioso que acumula estrés por las exigencias propias del servicio tanto para los alumnos como para los maestros. El estudiar y realizar actividades analíticas, el movilizar conocimientos y aprendizajes nuevos, quiérase o no, provoca cansancio. Este pequeño descanso permite despejar un poco la mente y cargar las pilas para recuperar energías e iniciar el año lectivo bajo nuevas expectativas.
En los últimos años se había dispuesto de 10 días de receso una vez concluido el ciclo escolar, pero en esta ocasión será únicamente de ocho días hábiles, con la amenaza de interrupciones constantes en la preparación de los retos del siguiente ciclo escolar. La capacitación y actualización de los maestros queda suscrita al Consejo Técnico Escolar, al escaso autodidactismo de los docentes y a la oferta bastante pobre de las instancias oficiales.
En las décadas de los setenta y los ochenta el receso escolar era extenso y muchos maestros lo empleaban para incrementar sus estudios formales, asistiendo a los cursos de verano con una duración de seis semanas. El ciclo escolar concluía invariablemente el 30 de junio y se retornaba entre el 15 y el 20 de agosto siguiente, pues las clases iniciaban el 2 de septiembre, al siguiente día del informe del Presidente de la República que se transmitía por todas las radiodifusoras y canales de televisión existentes.